EL 20/21 de junio es el día que el Sol nos visita más tiempo durante toda la rueda del año.
Celebramos un romance cósmico entre el padre Sol y la madre Tierra.
Los frutos de la unión entre el principio masculino y femenino. La Luz gobernando nuestras vidas.
Los antiguos creían que el Sol estaba tan enamorado de la Tierra que se negaba a abandonarla a partir de la llegada del solsticio de verano cuando los días cada vez eran más cortos. Y por eso mismo celebraban el instante en que el Sol cortejaba a la Tierra con su máximo esplendor, para que su calor tomara aún más fuerza.
Al ser la noche más corta del año, es decir con menos luz, se creía que era el momento idóneo para cerrar la puerta a la sombra y los malos presagios, danzando y pidiendo por el amor y la fertilidad.
En la antigua Grecia a los solsticios se les llamaba «puertas». Puertas entre mundos, entre paisajes internos representados por los movimientos cósmicos externos para recordarnos que lo que es afuera es adentro y al revés. Portales llenos de simbolismo con alto poder evocador, del mismo modo que nuestros sueños llenos de simbolismos y paisajes evocadores resultan puertas hacia la conexión y el reencuentro con nuestra otra mitad y el lenguaje sutil de la vida.
Por ese motivo, mi modo particular de entender el mundo de los sueños bebe de la fuente del ritual. Ambos comparten lenguaje, función y poder.
Qué es un ritual:
Un ritual es la creación de un espacio íntimo y sagrado para parar, conectar, dar voz y sentido, a la par que profundizar en un momento particularmente significativo de nuestra vida. Una experiencia íntima y personal que nos conecta con el mundo de lo sutil y simbólico a través de la declaración de una intención. Una intención interna e intangible a la que damos forma a través de la estructura del ritual para que lo intangible se vuelva tangible. Para que, lo etéreo empiece a tomar forma en el mundo de la materia. Una forma que debemos alimentar con el paso de los días para que no se quede en una acción concreta del pasado.
De nada sirve ritualizar si no nos comprometemos en empezar a caminar y dar forma al ruego con nuestras acciones diarias.
Un sueño es el espacio íntimo y sagrado al que nos dirigimos cada noche para conectar con los poderes que habitan en lo sutil y simbólico y así encontrar nuevas intenciones o trabajar las que ya hemos decidido.
Y del mismo modo que el ritual necesita de tu acción para su concreción, el sueño necesita que honres sus mensajes con tus acciones para que puedan enraizar en tu mundo.
En las tradiciones solares del antiguo mundo, durante el solsticio de invierno las puertas de los Dioses se abrían. La noche más larga del año, la más oscura representaba el renacimiento del Sol llevando consigo la consigna al hombre de recogerse para ir al encuentro del contacto íntimo con la Divinidad que habita en su interior. El poder de la Divinidad que encontramos cuando nos entregamos al silencio de la noche, ese ir hacia dentro, bien adentro y relacionarnos con nosotras mismas.
En cambio, en el solsticio de verano se abre la puerta de los Hombres. Es decir, el hombre es invitado a salir fuera de sí mismo y cultivar la relación de la Divinidad a través de la relación con el resto de la humanidad y la madre tierra.
Y justo en este punto, en esta Puerta del hombre es donde entra mi propuesta para hoy.
Me parece casi mágico cómo se ha sucedido la vida en estos últimos seis meses. Si a principios de diciembre nos asolaba la noticia de la pandemia en China invitando al resto de los mortales a habitar nuestra casa, a separarnos muchas veces de nuestros seres queridos, a cultivar esa relación con nosotras mismas, nuestros silencios, nuestras ausencias…es decir abrir como nunca la Puerta de los Dioses. Ahora justo, al menos aquí en España, se abre la Puerta del Hombre y se nos da el pistoletazo de salida hacia el nuevo mundo dando por finalizado el Estado de Alarma.
No creo que se trate de una coincidencia.
¿Será que antes de volver hacia fuera para encontrar esa divinidad en nuestras relaciones y maneras de estar en el mundo, tengamos que revisar alguna cosa?
¿Será que hemos dejado de atender algún aspecto importante para alumbrar este mundo nuevo que queremos co-crear y co-habitar?
¿Puede tener relación con el modo en que me relaciono con el mundo y los otros?
¿Conseguiremos habitar nuestra Divinidad en la relación con el Otro?

Espero que sí, deseo que esta Puerta de los Dioses que se ha alargado en el tiempo y que quizás ha sido más intensa que nunca nos haya traído claridad sobre como queremos relacionarnos con el mundo, sobre qué vamos a aportar al mundo con nuestra manera de estar, ser, crear o participar.
Ritualizemos juntas:
Para continuar con el trabajo te propongo el siguiente ritual de cosecha propia para este solsticio de verano o incluso la noche de San Juan.
Un ritual para la relación con el otro o el mundo. Un ritual en honor a la Puerta del Hombre y la divinidad que se esconde en las relaciones.
Vas a necesitar.
* Una cita previa contigo misma…(Un guiño a la viajera Aran.)
* Tiempo, el que decidas dedicarte, desde media hora a una tarde entera., Mi recomendación alargar el máximo que puedas este tiempo que te dedicas.
* Un baño con infusión de lavanda para mimarte y relajarte un poco antes de entrar limpia y serena en el trabajo, aunque esto ya es trabajo 😉
* Una infusión al gusto.
* Una vela y un plato para recibir las cenizas.
* Papel
* Lápices y/o colores.
¿Entramos?
* Busca un tiempo, ideal sería entre hoy y la noche siguiente a San Juan, aunque te invito a apelar a la flexibilidad. Las puertas no se abren y cierran en un día su energía se mantiene fuerte por unos días. Aunque la puerta la vamos a recorrer hasta el siguiente solsticio, es verdad que toda la fuerza de los rituales y fiestas que se dan durante estos días refuerzan nuestra intención y devoción.
* Prepara una infusión de lavanda. Si tienes bañera te puedes regalar un baño con ella, si no, rociarla en tu cuerpo con un cucharón de madera. Aunque este paso no es esencial te lo recomiendo mucho. Hacer una limpieza ritualizada te puede ayudar a relajar y abrirte a la magia y el poder del imaginario del ritual. Debemos entender que cuando estamos ritualizando estamos entrando en un espacio sagrado y en todas las culturas siempre ha habido una alusión a la limpieza antes de entrar en el espacio sacro como reverencia y respeto a la pureza del trabajo.
* Si quieres seguir en la línea del cuerpo ahora es un buen momento para aplicarte con cariño esas cremas o aceites que nutren tu piel y que no cada día te regalas.
* Viste una ropa cómoda y bonita. Si tienes alguna joya especial para ti o que contenga cierto simbolismo y poder ahora es el momento de ponértela.
* Crea un pequeño altar con tu vela,papeles, colores y otros objetos de tu ajuar de bruja.
* Asegúrate de cerrar el teléfono e intenta evitar posibles distracciones.
*Prende la vela, un incienso y cierra los ojos.
* Inspira y expira 9 veces profundamente sacando cualquier pensamiento o tensión que pueda desviar tu atención del momento presente.
* Abre el portal diciendo en voz alta la siguiente afirmación: Me presento hoy aquí, atravesando la Puerta del hombre con la Intención de Encontrar la Divinidad en mi relación con el otro y con el mundo. Que así sea. Gracias.
* cuando te sientas lista, abre los ojos y anota en un papel aquellos aspectos que te alejan del otro. Quizás bajo la forma de los celos, la envidia, la vergüenza, la crítica, la soberbia, dificultad con la comunicación, limites,etc…Sé específica. Sientes envidia señala ante qué o quién, si te cuesta comunicar señala el qué o con quién. Cuanto más específica seas mejor. También puedes anotar aquellos aspectos que te alejan de la vida que quieres vivir o del mundo que quiere sco-crear.
* Luego toma otro papel en paralelo buscando el lado opuesto de lo que has escrito que te separa de la vida, es decir, lo que quieres. Por ejemplo, si te cuesta decir No, escribe a qué te comprometes a decir No a partir de ahora. Este segundo papel es tu carta de compromisos...aquello que hoy decides abrir y caminar para tu vida.
* Cuando sientas que los dos papeles corresponden a tu sentir dobla el de los compromisos y sitúalo en el corazón. El otro, enróllalo y entrégalo al fuego mientras le das 3 vueltas a la vela. 3 vueltas en sentido de las agujas del reloj como reconocimiento de las energías del padre, la madre y el hijo o fruto. Ese fruto que ahora vas a recoger y caminar.
* Al terminar siéntate delante del altar, cierra los ojos y observa cómo está tu cuerpo. Guarda tu carta de compromisos en un lugar visible para que puedas re-cordar ( volver a pasar por el corazón)
* Toma las cenizas y nutre tus plantas con ellas. De este modo contribuirás al eterno ciclo de la vida en el que nada se crea ni se destruye solo se transforma, al mismo tiempo que te vas a regalar entrar en contacto con el símbolo del abono fértil que es para nuestra vida aquello que ya no nos sirve pero que en su momento tuvo su función.
* Por último agradecerte por haberte dado este tiempo y por tu valentía a la hora de comprometerte con la puerta del Hombre.
Feliz Inicio del Verano en tu vida.
Laia M